En la antigüedad los eclipses solían producir temor. Para los pueblos de entonces eran fenómenos que interrumpían la armonía de los cielos. La dinámica del firmamento representaba la perfección de los dioses, lo inmutable, lo permanente. Cuando se producía un eclipse se rompía esa inmutabilidad, era un cambio repentino y no esperado: algo terrible podía suceder.
“Normalmente estaban asociados a cosas demoníacas males, muertes o catástrofes”, cuenta Alberto Mansilla, director del Observatorio Astronómico de Ampimpa. “Casi nunca, en la historia, estuvieron asociados con cosas buenas. Sin embargo desde hace muchos años conocemos sus causas y cómo se producen, incluso los podemos predecir con una anticipación de 5.000 años. Hoy, afortunadamente, los eclipses son espectáculos naturales que nos permiten seguirlos, fotografiarlos, estudiarlos y, para quienes no tengan tanto interés en su tratamiento científico, simplemente disfrutar de poder ver la impactante mecánica del universo en acción”, agrega.
Con esta idea del disfrute y para potenciar la experiencia, desde el Observatorio incluyeron en uno de sus últimos proyectos de turismo científico al eclipse total de luna que tendrá lugar a partir hoy a las 22.32 (ver “Cinco horas”): el desafío consiste en contemplar el fenómeno en medio de la imponente naturaleza de la Puna argentina, a 3.700 metros sobre el nivel del mar y bajo la bóveda estrellada de uno de los más transparentes y diáfanos cielos del mundo.
“Junto a un grupo de 18 personas conformado por científicos, fotógrafos y expedicionarios, observaremos el eclipse desde un lugar muy particular como lo es el cerro Macón, ubicado en las cercanías de la localidad de Tolar Grande, en Salta. Para entender el valor de los cielos del lugar vale destacar que en ese cerro se hicieron estudios para la instalación de observatorios europeos y ya hay instalados allí observatorios argentinos”, cuenta Mansilla. LA GACETA es parte de esa expedición.
La travesía científica se inició días antes en San Miguel de Tucumán y los expedicionarios llegan al lugar de observación luego de recorrer yungas y valles tucumanos y, en la puna catamarqueña, zonas volcánicas y lagunas con microrganismos que permiten entender los inicios de la vida en el planeta. El objetivo es combinar la exploración de paisajes y ecosistemas con el acceso al conocimiento científico que devela sus orígenes.
Los integrantes del contingente proceden de distintas provincias: Rosario, Buenos Aires, Córdoba, Salta y Tucumán. Eligieron la aventura de presenciar el eclipse desde la hostilidad de la Puna, tierra de vientos, baja presión, escasez de oxígeno y vastos paisajes solitarios, a cambio de una vista privilegiada sobre un cielo impecable. “Desde la ciudad no es posible apreciar el fenómeno en toda su magnitud por la cantidad de luces y edificios; pero además, poder verlo en medio de estos paisajes y absorbiendo el conocimiento de los profesionales, es lo que me convenció a sumarme al viaje”, revela Analía, contadora rosarina que descubrió la propuesta en las redes sociales y no dudó en sumarse.
Los expedicionarios recibieron charlas de Mansilla y del reconocido astrofotógrafo Carlos Di Nallo. Las dieron unas noches antes de partir a Tolar Grande, en el comedor de un hotel de El Peñón, localidad puneña de Catamarca a 3.500 metros de altura.
Di Nallo inició su exposición dando detalles sobre la Luna de los cuales uno sorprende a todos: “¿por qué se ve un más grande cuando sale y más chiquita cuando está arriba?”, consulta Di Nallo. Tras escuchar opciones fallidas, se respondió a sí mismo: “no se sabe exactamente, la neurociencia aún lo está estudiando. De alguna manera el cerebro, que calcula perfectamente otro tipo de distancias, no puede calcular la distancia de ese objeto. Cuando tenemos horizonte, el cerebro dice ‘es muy grande’, y la vemos así entre el paisaje. Y luego, cuando no está en contexto, cuando la miramos en el cenit, el cerebro nos dice ‘está muy lejos’ y la visualiza más pequeña. Por eso pasa que muchas veces hacemos una foto con un celular, por ejemplo, y nos desilusionamos porque la inmensa Luna del horizonte sale diminuta en la foto. La Tierra no está en el centro de la órbita lunar, sin embargo eso no es algo que se pueda percibir visualmente desde la tierra”.
Luego, Di Nallo introduce una serie de recomendaciones sobre cómo retratar al astro, y tras la charla, todos llevan sus cámaras con entusiasmo a las solitarias calles del pueblo para iniciar las prácticas. No los inhiben ni las temperaturas cercanas a cero ni los intensos vientos de la Puna: apuntan sus máquinas al cielo como tratando de atrapar el universo.
Teñida de rojo
Cono de sombras
“El de hoy se trata de un eclipse total de luna -señala Alberto Mansilla, director del Observatorio Astronómico de Ampimpa-. La luna se va a teñir totalmente de rojo y va a bajar decenas de veces su intensidad luminosa; esto se da porque el sol ilumina la tierra y la tierra proyecta un cono de sombra rodeado de un cono de penumbra. La luna, en su órbita alrededor de la tierra, penetra en la zona de penumbra y luego toca la zona sombra hasta que ingresa totalmente y allí se torna de color rojizo, la famosa luna roja o luna de sangre”, sintetiza. El color rojizo se da porque el cono de sombras no es totalmente oscuro sino que a él llegan algunos rayos de luz roja del sol, similar a como vemos un crepúsculo posterior a la puesta del sol. Entre los científicos que participan de la expedición están la microbióloga cordobesa María Eugenia Farias y el coctor en Ciencias Geológicas (especializado en volcanes de los Andes Centrales y del Sur) Iván Petrovic.
Cinco horas
Una experiencia que empezará a las 22.32
El eclipse completo durará cinco horas y 18 minutos y podrá verse desde cualquier lugar del país en cuanto los cielos permanezcan despejados. Iniciará a las 22.32 y avanzará paulatinamente. Podremos ver cómo se va apagando el brillo de la luna. El primer contacto con la zona de sombra será a la 23.27 y a las 23.40 ya veremos una “mordedura” pequeña en su circunferencia. A la medianoche, la mitad del astro estará eclipsada y a las 0.29 comenzará el camino para cubrir la totalidad. El máximo de cobertura se producirá a la 1.12. Durante toda la fase de totalidad, la luna se volverá roja y el cielo se “poblará” de estrellas que podrán verse con mayor claridad. Hacia la 1.53 finalizará la parte más intensa del eclipse y el disco lunar comenzará emerger del cono de sombras, hasta que a las 2.55 volverá a verse completo. Técnicamente el eclipse finalizará a las 3.50, cuando la luna recupere totalmente su brillo.